Las válvulas de fondo constituyen un sistema de seguridad, que permite que el transporte en cisternas, y la carga y descarga se realice sin problemas.

 

Las válvulas de fondo pueden ser manuales de palanca, de volante o neumática/hidraúlica. Su objetivo es gestionar la apertura de la cisterna.

En el transporte de líquidos, las más habituales son las de volante. Su mantenimiento es más económico y la seguridad mecánica que ofrecen es sencilla. La capacidad de la cisterna en líquidos, siempre es mayor que la cantidad de producto que transporta. Por eso hay dos tipos de cisternas: las monocubas y las compartimentadas. Las monocubas suelen ser menos seguras, ya que la carga puede sufrir desplazamientos con la conducción. A veces esa compartimentación se realiza mediante rompeolas y otras veces, como cubas independientes.

Cada cuba o compartimento lleva una válvula de fondo. Incluso en el transporte de algunos líquidos inflamables como el alcohol, esta válvula debe ser doble, por mayor seguridad.

De forma habitual la carga y descarga se realiza por la parte inferior de la cisterna, pero en algunos casos, la carga se realiza por la parte superior, como por ejemplo en el transporte de líquidos corrosivos o inflamables. En ese caso, la carga del producto se realiza por la boca de hombre, la tapa. Pero la descarga se realiza por los colectores de salida, situados en la parte inferior.